Una vez finalizado el diseño gráfico, debemos tener en cuenta ciertas consideraciones muy importantes para que el arte final, una vez impreso, luzca en su mayor esplendor y tal cual lo imaginamos. Para ello, les traigo una serie de 7 consejos básicos para los diseñadores gráficos que harán que sus diseños quedan perfectamente impresos.

1-Define tamaño de página y sangrados correctamente: El arte final debe estar hecho exclusivamente para el tamaño de página en el que se va a imprimir. Nunca agrandes un diseño ya existente a un tamaño mayor porque perderá calidad a menos que sean gráficos vectoriales. Los sangrados son un exceso de diseño que se deja en los márgenes de la hoja para que al cortar no se pierda tu diseño original. Por lo que asegúrate de dejar al menos 5mm hacia afuera de los márgenes para que una vez que corten la impresión, tu diseño central no sea afectado. Recuerda indicar las marcas de corte en cada esquina para darle más información a la persona que va a imprimir tu trabajo de dónde tiene que cortar.

2- Cuida la calidad de las fotografías e imágenes: Si tu diseño gráfico incluye fotografías o algún tipo de imagen en formato de bits, asegúrate que esté a una resolución adecuada. Si tu trabajo va a ser impreso en offset debes cuidar que las imágenes (y el archivo final) esté a 300dpi.
Extra: Si vas a imprimir en láser siempre es mejor que esté también a 300dpi pero a 200dpi también es aceptable. Por otro lado, las impresoras de escritorio imprimen correctamente a 72dpi.

3- Provee imágenes originales o archivo editable: En caso que haya algún problema con tu diseño gráfico final, la imprenta puede llegar a solucionar el problema por ti. Para ello, puedes incluir una carpeta con las imágenes originales o bien tu PSD en capas para que pueda ser modificado u ajustado en caso de que sea necesario.
Extra: Este consejo no es una excusa para que de todos modos, revises tu diseño gráfico final (tantas veces sea necesario) antes de enviarlo a imprenta.

4- Entrega el archivo final en CMYK: Asegúrate que tu archivo esté en formato CMYK. Una imprenta no puede interpretar un archivo si no está en este formato ya que

trabaja con las 4 tintas básicas:
C=Cian  M=Magenta  Y=Amarillo  K=Negro
Extra: En caso que vayas a imprimir en laser, puedes enviar tu archivo en CMYK al igual que RGB.

 

 

5- Define los colores correctamente: La herramienta fundamental para un diseñador gráfico es una Pantonera. Principalmente cuando utilices colores plenos, asegúrate de comprobar su composición y guiándote con el catálogo de colores que provee la Pantonera ya que puedes saber de antemano como quedará “ese color” impreso. Las Pantoneras no suelen ser baratas, pero es una inversión obligatoria para cualquier diseñador gráfico que trabaje con trabajos impresos.

6- Incluye una impresión de prueba: Es una buena idea que imprimas en tu casa/estudió el arte final y lo adjuntes con el archivo. De ese modo, la imprenta podrá tener una referencia bastante cercana a cómo debe lucir tu trabajo una vez impreso.
Extra: Este paso también puede ayudarte a descubrir errores que en pantalla son difíciles de percibir.

7- Incluye todas las fuentes: Si tu trabajo se trata de un catálogo, revista, o algún diseño gráfico que contenga una severa cantidad de tipografías, no olvides crear una carpeta e incluirlas. De este modo te aseguras que cada texto luzca como tu lo esperas.
Extra: También puedes convertir todos los textos a curvas o rasterizarlos y saltarse este paso. Por otro lado, recuerda que tus textos perderá editabilidad en caso de algún error o falta de ortografía.